martes, 29 de mayo de 2012

LA SAL MARINA


SAL MARINA

Hay una gran diferencia entre la sal marina y la sal refinada.
La sal marina da vida y la refinada mata.
Sin sal no puede haber vida, sin embargo el consumo elevado actual de sal es perjudicial para nuestra salud. Esta circunstancia es debida a que la llamada “sal de mesa” tiene muy poco que ver con la sal natural, tal y como se presenta en la naturaleza.
La “sal de mesa” es básicamente cloruro sódico y no es el tipo de sal que necesitamos para vivir. Muy al contrario, se trata de una sustancia agresiva y hasta toxica que sobrecarga el organismo.

La sal cristalina natural es sin embargo mucho más que cloruro sódico, dado que está compuesta por exactamente los mismos 84 elementos que componen el suero sanguíneo y en la proporción exacta que el organismo necesita.

Es interesante constatar que nuestra sangre es idéntica al agua salina “mar primario” o sea, una solución de agua y sal que todavía contiene la misma concentración relativa que tenía en la etapa de la evolución, en la que la vida abandonó el mar.

Hoy, con la moda de las purificaciones, la sal de cocina es un producto artificial e incompleto.
Los métodos de explotación moderna y los avances químicos han convertido el oro blanco en veneno blanco, ya que la sal refinada de hoy en día es la causa de muchas patologías, como gota, hipertensión, ácido úrico, esclerosis, celulitis, etc.
La sal de marina es también una gran aliada en tratamientos de belleza. Como posee calcio, hierro, yodo y magnesio, los científicos han descubierto que tiene efectos positivos sobre la epidermis, que es la capa externa de nuestra piel. Y entre esos efectos positivos,  la sal marina tonifica y suaviza la piel, ayudando a eliminar la celulitis.
Puedes prepárate un baño de sal o utilizarla como exfoliante
BAÑO DE SAL
Calienta agua a no más de 37ºC. Agrégale 300 gramos de sal marina, que puedes comprar en cualquier herbolario, si te apetece puedes añadir al agua una gotas de algún aceite esencial, según quieras relajarte o estimularte. Luego, sumérgete en el agua durante 10 a 15 minutos. Si tienes dolores en el cuerpo hazte estos baños una o dos veces por semana.
EXFOLIACION DE SAL
Si no tienes tiempo suficiente para hacerte un baño de sal, entonces hazte una exfoliación. Necesitas una taza de sal marina, 2 cucharaditas de algún aceite aromático (como lavanda, melocotón, pachuli o romero) y 2 cucharaditas de aceite de oliva. Mezcla todos estos ingredientes en un tazón hasta formar una pasta suave. Déjala reposar durante 20 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, agita la mezcla y aplícala en las zonas de tu cuerpo afectada por la celulitis haciendo masajes. Al terminar, aplícate un aceite anticelulítico, de abedul por ejemplo.

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