miércoles, 4 de julio de 2012

LA TRAMPA DEL AZUCAR


Este es un tema que me preocupa muchísimo porque hay demasiados intereses económicos detrás de él y claro les interesa mantener el engaño.
 Dicen los defensores del azúcar refinado que:
“La principal función del azúcar es proporcionar la energía que nuestro organismo necesita para el funcionamiento de los diferentes órganos, como el cerebro y los músculos. Por eso, se debe incluir el consumo de azúcar junto a los alimentos que se consuman, no sólo por su aporte energético sino también porque endulza y da a los alimentos un toque sabroso”.
La publicidad nos dice que el principal alimento del cerebro es el azúcar, pero eso no es así. El principal alimento del cerebro es la glucosa, de hecho sólo el cerebro y el sistema nervioso es responsable del 20% del consumo de energía procedente de la glucosa, además de ser necesaria para todos los tejidos del organismo. Si ésta desciende, el organismo empieza a sufrir ciertos trastornos: debilidad, temblores, torpeza mental e incluso desmayos (hipoglucemia).
 ¿Se puede considerar el azúcar como un alimento?
Imposible, porque el azúcar blanca refinada, no es un alimento. Es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales, más pura de hecho que la cocaína a la cual se parece en muchos aspectos.
Su verdadero nombre es sucrosa o sacarosa
El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene grasas y no es de ningún beneficio en la alimentación humana.
El azúcar, en cambio, interviene en los ataques cardiacos, en la obesidad, en la diabetes, en la insuficiencia renal, en las caries dentales y en la ceguera… sólo para citar unas cuantas.
No, la única energía que proporciona consiste en calorías.
el azúcar lo único que hace es engordar y, todavía peor,1 terrón de azúcar refinada lo único que hará será hacerte sentir más aletargado y te provocará un apetito voraz.
La explicación es fácil, la glucosa es la gasolina del cuerpo y debe existir una cantidad constante de ella para poder realizar cualquier trabajo, como es el funcionamiento de los músculos, los movimientos físicos, la digestión, los latidos del corazón, hasta el acto de pensar. Como resultado, se llevan a cabo una serie de mecanismos complejos en el organismo, para mantener en un mismo nivel la concentración de la glucosa dentro de la corriente sanguínea. Si la concentración del azúcar en la sangre sube de este nivel, el páncreas empieza a liberar insulina, para neutralizar la glucosa y bajar su nivel en la sangre. Si la concentración de glucosa en la sangre baja mucho el hígado, donde hay glucosa almacenada, libera este azúcar en forma de una sustancia llamada glucógeno.
Teniendo este mecanismo básico en mente, es fácil darse cuenta de cómo el azúcar refinada afecta al organismo. Cada vez que nos sentimos cansados y creemos que un “chute” de azúcar nos va a sacar de ese estado lo que ocurre es que se congestiona el organismo elevando el nivel de azúcar en la sangre apasionándonos hiperglucemia. Con suerte, el páncreas empezará desesperadamente a producir insulina, para contrarrestar la sobredosis de azúcar y, en una hora, más o menos, te empezarás a sentir mejor, le habrás extraído a tu páncreas su preciosa insulina, y te habrás saturado de setecientas cincuenta calorías que no necesitabas, ni deseabas. Además, la cantidad exagerada de insulina secretada por el páncreas ocasiona que empieces a sentir un hambre increíble.

La insulina tiene efectos inmediatos en la reducción del nivel de azúcar en la sangre, para proteger a los órganos vitales, incluyendo al cerebro, de una sobredosis de azúcar, el exceso lo almacena en forma de grasas.

Gran cantidad de enfermedades físicas y mentales habituales están relacionadas con el consumo del azúcar "blanca" refinada.
¿Por qué es tóxica para el organismo?
 
 porque carece de toda fuerza viva, vitaminas y minerales.
Lo que queda [después del proceso de refinación] son carbohidratos refinados que el cuerpo no puede utilizar porque no contiene proteínas, vitaminas ni minerales. La naturaleza los provee en cada planta en cantidades suficientes para metabolizar los carbohidratos específicos de dicha planta. No sobra para otros carbohidratos añadidos. Cuando un carbohidrato se mataboliza de forma incompleta da lugar a la formación de metabolitos tóxicos como el ácido pirúvico y azúcares anormales que contienen cinco átomos de carbono.

El organismo obtiene la  glucosa tras la digestión de hidratos de carbono
Uno de los errores más habituales en materia de alimentación consiste en saltarse el desayuno, o convertirlo en algo rápido, cuando en realidad se trata de la comida más importante del día.
El desayuno debe de ser rico en hidratos de carbono, es decir cereales que nos aportan glucosa de absorción lenta, lo que facilita que durante todo el día estemos suministrando al organismo la glucosa que necesita y al ritmo que lo necesita.
El desayuno debe aportar la energía necesaria para iniciar nuestra actividad diaria, ya que en ese momento nuestro nivel de glucosa es más bajo, en el desayuno se debe tomar la cuarta parte de la energía y nutrientes del día.
Y es entonces  cuando se comete el mayor error, llenando el desayuno de azúcar refinada intentando conseguir la sensación de energía y saciedad que necesitamos a esa hora,  pero como siempre rápido, rápido. Es mucho más rápido cargar el café con leche con un par de cucharadas de azúcar refinado y engullir algo de bollería llena de grasas trans y azúcar, que con un buen puñado de cereales integrales, copos de avena, mueslis etc. Que requiere  que nos tomemos nuestro tiempo para el desayuno. En consecuencia, en un par de horas sentiremos el bajón de azúcar en la sangre (hipoglucemia) y correremos a provocarnos una (hiperglucemia) con algún tentempié bien cargadito de azúcar, o bebidas azucaradas.
La diabetes es el resultado del agotamiento del páncreas debido a una constante sobredosis de azúcar refinada y carbohidratos refinados.
Tomar conciencia de todo esto y hacer unos pequeños cambios en nuestras costumbres alimentarias, nos hará sentir mucho mejor, recuperaremos la energía y el peso ideales y evitaremos riesgos de salud mucho mayores a la larga.


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