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Estrenamos blog coincidiendo con la llegada de la primavera y con ella las alteraciones propias de la estación.
La primavera es como una explosión que nos llena de enérgia, empezamos a despojarnos de la ropa, disfrutamos de más horas de luz, por tanto salimos más a la calle, al campo a la playa, nos relacionamos más, en definitiva nos expandimos como la propia naturaleza.
El período primaveral marca un indudable cambio de temperatura, de luz… que contribuye a que nuestro estilo de vida diario varíe sensiblemente.
En realidad, no nos damos cuenta pero acoplarnos a esta estación promueve una reacción de cansancio hasta que la situación se estabiliza.
En determinadas personas puede aparecer lo que llamamos:
Astenia primaveral
Bajo esta denominación se engloba una sensación de cansancio, falta de concentración e incluso insomnio y nerviosismo.
en este caso lo primero sería la “reorganización” y “adaptación” del organismo a las circunstancias climatológicas del momento y los cambios alimenticios.
Esta situación indica que también debe ajustarse el estilo de vida, mantener una alimentación sana, con predominio de un buen desayuno que aporte energía prescindiendo de dulces y bollería y consumiendo hidratos de carbono complejos, alimentos integrales, frutas y vegetales de temporada, pescados de época… Buscar un equilibrio entre estos alimentos y un perfil depurativo apoyado, por ejemplo, por infusiones.
Mantener una buena hidratación consumiendo de 1 a 2 litros de agua, realizar ejercicio moderado, dormir ocho horas diarias y buscar momentos en el día de relajación y tranquilidad.
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