Una de las alteraciones, cada vez
más frecuentes, que la llegada de la primavera puede
ocasionar,en ciertas personas, es una reacción alérgica por la presencia de
pólenes de árboles y plantas que promueven una serie de síntomas, variables de
una persona a otra, pero en definitiva muy molestos.
Esta situación es más acusada en
primavera debido a que en esta estación la polinización de las plantas y
árboles es más frecuente que en otros períodos estacionales.
Las reacciones alérgicas son
respuestas de nuestro sistema inmune.
Contamos para ello con una serie de
elementos, que participan en la fase de reconocimiento del antígeno para su
eliminación, denominados anticuerpos.
Es decir, anticuerpos que se unen a
células específicas para encontrar a los agentes alérgenos.
Frecuentemente, las molestias asociadas con la alergia
primaveral causan lagrimeo, picor de ojos y garganta, estornudos, migrañas,
molestias en la piel… Predominantemente en este tipo de alergias el resultado
afecta a las mucosas de las vías respiratorias produciéndose problemas, tales
como, rinitis alérgica o bien cuando se afecta la mucosa bronquial donde pueden
desencadenarse respuestas respiratorias más acuciadas.
Es
frecuente que los sintomas se parezcan a un catarro comun, un
resfriado, en estos casos no debemos utilizar los tipicos estimulantes
de las defensas que tomariamos en caso de que si lo fueran, ya que lo
que hariamos sería agravar el problema estimulando todavía más nuestro
sistema defensivo.
Lo
mejor siempre es tratar de evitar el contacto con el agente que lo
produce, mantener un estilo de vida sana, depurar el organismo, sobre
todo el higado, introducción de alimetnos ricos en vitaminas
oligoelementos y un buen aporte de acidos grasos esenciales (omega 3-6-9
fundamentales para disminuir la inflamación. Tambien existen algunas
plantas con acción antihistaminica natural que pueden ayudar a paliar
los sintomas, como la Fumaria, el Groselleronegro, el Llanten, La
ortiga, etc...
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